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as tortugas marinas son reptiles con caparazón que existen hace más de 150 millones de años y pudieron sobrevivir a todos los cambios del planeta.
Tuvieron su origen en la tierra, pero poco a poco fueron evolucionando y adaptándose al medio marino, diferenciándose del resto de reptiles.
Existen ocho especies de tortugas marinas, agrupadas en dos familias, las Dermochelyidae y las de Cheloniidae y generalmente viven en mares templados o cálidos. De esas especies, cinco se encuentran en Brasil. En la costa andaluza hay ejemplares de dos especies, la tortuga laúd (Dermochelys coriacea) y la tortuga boba (Caretta caretta). El resto de especies son la tortuga verde, tortuga carey, tortuga bastarda, tortuga olivácea y Flatback.
Tuvieron su origen en la tierra, pero poco a poco fueron evolucionando y adaptándose al medio marino, diferenciándose del resto de reptiles.
Existen ocho especies de tortugas marinas, agrupadas en dos familias, las Dermochelyidae y las de Cheloniidae y generalmente viven en mares templados o cálidos. De esas especies, cinco se encuentran en Brasil. En la costa andaluza hay ejemplares de dos especies, la tortuga laúd (Dermochelys coriacea) y la tortuga boba (Caretta caretta). El resto de especies son la tortuga verde, tortuga carey, tortuga bastarda, tortuga olivácea y Flatback.
El presente trabajo tiene como objetivo dar a conocer las distintas especies de tortugas que existen en el ambiente marino.
Las tortugas han cambiado mucho desde los Herpies, sus caparazones se unen lateralmente lo que las protege de los depredadores y las variaciones en la temperatura. Pero no todos los caparazones de las tortugas de hoy en día son iguales, por ejemplo, la tortuga baúla (Dermochelys coriacea) tiene un caparazón flexible y delgado (por ello se les llaman "tortugas suaves").
Las tortugas no tienen dientes, porque los han reemplazado por picos cortantes en la parte superior de su boca. Además no tienen oídos externos, sino un oído interno, muy eficiente. Los pulmones pueden contener la respiración a la tortuga por aproximadamente 10 minutos, entonces suben a la superficie para respirar.
Las tortugas marinas son animales generalmente solitarios que pasan el 90% de su tiempo en mar abierto.
Estas condiciones han dificultado su estudio animal, por lo que muchos aspectos de su vida siguen siendo un misterio.
Además, hay que destacar que a diferencia de otras especies, las tortugas marinas rara vez conviven entre sí.
Las primeras 48 horas de vida de las tortugas marinas son cruciales.
Desde que salen de su cascaron debe viajar desde la playa hasta el mar por sus propios medios sin ayuda de nadie. Esto significa salvarse de los depredadores además de tener que conseguir alimento.
Ya en mar abierto, las tortugas marinas tienen que hacer frente a las fuertes corrientes. Por esta razón, su visión es limitada.
Una habilidad característica de las tortugas marinas es la de migrar y después ser capaces de regresar a la misma playa para nidar.
REPRODUCION.
Todos los años, las tortugas marinas de cada especie se reúnen en ciertos lugares del océano para aparearse. Poco tiempo después, las tortugas marinas hembras salen del mar en las playas en las que cavan sus nidos y ponen sus huevos. La mayoría de las especies desova por la noche, aunque la golfina lo hace durante el día. Se cree que las hembras de algunas especies hacen sus nidos en las mismas playas donde nacieron.
Después de salir del agua, la tortuga marina hembra se arrastra hacia arriba por la playa hasta encontrar un sitio apropiado para desovar. (Si son perturbadas por luces o por ruidos en la playa, las hembras de la mayoría de las especies retornarán al agua sin haber puesto sus huevos.) Una vez que la hembra ha encontrado un lugar adecuado para hacer su nido, cava con sus aletas un hoyo del tamaño de su cuerpo. Luego, con las aletas traseras, hace un hoyo más profundo y en forma de vasija alargada; con mucho cuidado va sacando la arena con una de sus aletas y la echa a un lado; luego saca más arena con la otra aleta.
Cuando el hoyo que forma el nido está terminado, la hembra deja caer sus huevos en él, uno o dos a la vez y de apariencia coriácea. Mientras ella hace esto, le brotan lágrimas para mantener sus ojos húmedos y libres de arena. Los huevos tienen un diámetro de 4 a 7 cm.
Como promedio, una hembra puede poner 100 huevos en cada nido. En Surinam, sin embargo, las tortugas marinas verdes ponen un promedio de 142 huevos por nido, mientras que en las Islas Galápagos el promedio es de 80, más o menos. Parece que la tortuga kikila, en Australia, pone un promedio de únicamente 50 huevos por nido. En algunos lugares, los mapaches y otros animales se roban los huevos y se los comen conforme la hembra los va dejando caer en el nido.
Cuando las crías están justamente bajo la capa superficial de la arena, esperan hasta que afuera esté fresco antes de salir. Generalmente esto significa que las tortuguitas, que miden alrededor de 5 cm de largo, aguarden la noche para abandonar el nido e iniciar su carrera hacia el mar. Esta es una etapa muy peligrosa en la vida de las tortugas marinas. Instintivamente, las tortuguitas se dirigen hacia la parte más brillante del horizonte, la que, por lo general, se encuentra sobre el agua; pero pueden desorientarse si brillan luces tierra adentro; si esto sucede, las crías se arrastrarán en esa dirección y morirán; y aún cuando se dirijan hacia el mar, pueden ser atacadas por mapaches, cangrejos, pájaros y otros animales.
Otros depredadores, como las aves marinas, los tiburones y algunos peces, amenazan a las pequeñas tortugas una vez que han logrado llegar al agua. Durante las primeras semanas de vida, ellas no pueden permanecer mucho tiempo bajo la superficie del agua ni tampoco son capaces de nadar con la rapidez y fuerza suficiente para salvarse de estos depredadores.
Poco se conoce sobre la vida de las tortugas pre-adultas; este período en su historia de vida se conoce como los años perdidos. Se cree que las que finalmente logran sobrevivir pasan los primeros meses de su vida en bancos de sargazos que flotan a la deriva a corta distancia de la costa. Allí se encuentran protegidas de muchos enemigos y pueden alimentarse de otras criaturas más pequeñas que viven en esos bancos.
Hasta que no llegan a tener por lo menos un año, estas jóvenes tortugas están a merced de las corrientes marinas. La golfina de pocos meses, por ejemplo, puede ser arrastrada por la Corriente del Golfo tan al norte como a la altura de Massachusetts, en la costa nororiental de los Estados Unidos.
No se sabe cuánto tiempo tardan las tortugas marinas en llegar a la madurez, pero se calcula que es entre 8 y 50 años. Este largo período para alcanzar la edad madura presenta particulares problemas relativos a la conservación de las tortugas marinas. La depredación causada por los tiburones, la caza por humanos y la captura casual en las redes, en las que mueren asfixiadas, son todos factores que se combinan para reducir las oportunidades de sobrevivir y reproducirse que tiene una tortuga marina.
ADAPTACIÓN.
Las tortugas marinas pueden cambiar su temperatura, ellas no tienen una temperatura propia constante y pueden ser afectadas como otros reptiles. Estas pueden hacer una inmersión a gran profundidad en el agua para que su cuerpo se enfríe o nadar más rápido para que el calor de la actividad muscular caliente su cuerpo. Las tortugas marinas también escogen las corrientes de agua fría o caliente, dependiendo de la temperatura a la que ellas quieran estar.
Los sentidos de las tortugas marinas son parecidos a los del ser humano. El sentido del olfato es débil, pero el de la vista se desarrolla mejor en las tortugas marinas que en las terrestres. El sentido del oído es muy agudo en ellas. Las tortugas marinas tienen un sentido de la orientación muy desarrollado, el cual les permite regresar a desovar a la misma playa de su nacimiento. Después de poner sus huevos en las playas de su nacimiento, se trasladan.
CRECIMIENTO Y ALIMENTACIÓN
Las tortugas de tierra son herbívoras; las de agua dulce, carnívoras y las de mar, omnívoras. Las tortugas marinas comen coral, que les provee de calcio, vegetación acuática, algas, y las más carnívoras comen pequeños invertebrados o pulpos, las tortugas baúlas comen medusas. Las tortugas migran constantemente entre las áreas de alimentación y las de reproducción. Las tortugas se encuentran en las áreas de reproducción en invierno y en las de alimentación en verano.
Las tortugas marinas tienen un crecimiento ininterrumpido durante toda su vida. Al nacer, las tortugas pueden pesar 50 g, en un año 2 kg, a los 3 años 20 kg y 300 kg en la madurez (14 años). La madurez sexual la alcanzan entre los 6 y los 15 años.
AMENAZA A LAS TORTUGAS MARINAS.
La etapa de la reproducción es una de las más peligrosas en la vida de las tortugas marinas. Ellas ponen muchísimos huevos durante esa temporada. De esta manera, aún cuando no todos incuben o si, como es usual, muchas de las crías resultan devoradas por los depredadores, por lo menos unas pocas sobrevivirán hasta llegar a la edad adulta en la que, a su vez se reproducirán. Si se perturba este gran esfuerzo que hace una población de tortugas marinas por reproducirse, se pondrá en peligro la capacidad que tienen para mantener el tamaño de su grupo.
En muchos lugares, diversos tipos de actividades humanas están interrumpiendo la reproducción de las tortugas marinas. Con el crecimiento de la población humana y de la demanda de artículos de lujo provenientes de las tortugas marinas, se están matando cantidades cada vez mayores y mayores de estos animales en todas las playas del mundo.
La matanza de tortugas adultas, especialmente hembras, es doblemente dañina. Esta acción no solamente le resta un animal al grupo, sino que - lo que es aún más importante - disminuye un miembro reproductivo de esa población. Todos los huevos que la tortuga hembra podría haber producido en el futuro se han perdido.
De igual modo, la matanza de tortugas jóvenes resta a su grupo animales que han logrado sobrevivir el período de su existencia en que son más vulnerables a la acción de los depredadores naturales. Aunque puede ser que durante muchos años no resulten apreciables los efectos de esa matanza, no hay duda de que se reducirá la fuerza de reproducción futura de un grupo de tortugas marinas.
Si se matan muchos animales jóvenes, la producción de huevos y crías en años posteriores será demasiado baja para que algunos puedan sobrevivir a las amenazas de los depredadores naturales y humanos. Las tortugas amenazadas más gravemente por esta situación son, tal vez, los careyes jóvenes de las cuales se cazan grandes cantidades, luego son disecadas y barnizadas y vendidas como elementos decorativos. Puesto que, según parece, las poblaciones de tortugas careyes viven en áreas geográficas limitadas, sería perfectamente factible destruirlas a todas por completo por medio de la cacería.
En muchos lugares se recogen los huevos de tortuga para consumo humano. En algunas partes se recogen casi todos los huevos. Esto hace que queden muy pocos para los depredadores naturales y reduce aún más las oportunidades de que algunos puedan por fin incubarse con éxito y sobrevivir hasta llegar a transformarse en tortugas adultas. La gran disminución de tortugas golfinas se debe, sin duda, a la mencionada recolección de huevos. Esta es también la razón principal de la gran reducción en el tamaño de la población de las tortugas marinas baulas (o laúd).
El desarrollo costero, turístico, industrial y/o urbanístico, puede también reducir la capacidad de las tortugas para reproducirse con posibilidades de éxito. En muchas zonas costeras se han construido casas, hoteles e instalaciones marítimas sin tener en cuenta las alteraciones naturales que sufren las playas a causa de las corrientes oceánicas y de las tormentas. Muchas playas de desove han quedado muy reducidas o han desaparecido por completo. Aunque es posible que las tortugas se vayan de esas playas, el uso creciente de zonas costeras para viviendas, y para desarrollo industrial, está reduciendo rápidamente el número y el tamaño de las playas apropiadas para el desove de las tortugas.
La asfixia de las tortugas marinas capturadas casualmente en las redes de barcos pesqueros representa otro serio problema. En ciertos años, el número de tortugas asfixiadas es muy alto. Y aún en las ocasiones en que es bajo, su impacto también puede ser devastador o, al menos, podrá hacer más improbable la recuperación de una población ya amenazada. Por ejemplo, si las redes camaroneras continúan provocando la muerte por asfixia de las tortugas golfinas, esta especie bien puede llegar a extinguirse.
La degradación y la destrucción de los hábitats marinos significan largos períodos de peligro para las tortugas marinas. La destrucción de los arrecifes de coral causada por la contaminación, por dragado o por manejo descuidado de las anclas resta protección y fuentes de alimento a las tortugas marinas, especialmente a las careyes y a las caguamas.
Las masas de barro erosionado y los pesticidas arrastrados desde los campos agrícolas y las áreas urbanas también pueden causar destrucción de los arrecifes de coral y otras áreas marinas, entre otras razones porque reducen la cantidad de luz que necesitan los animales y las plantas de que se alimentan las tortugas marinas. Muy a menudo, los contaminantes del agua son asimilados por los organismos marinos inferiores y llegan a concentraciones altas en los niveles superiores de la cadena alimentaria. Así, una tortuga marina que se alimente de cangrejos, los cuales a su vez hayan comido otros animales o plantas contaminadas, adquirirá una dosis altamente significativa de contaminantes.
Finalmente, por cuanto las tortugas marinas son animales migratorios, constituyen en verdad un recurso común a muchos países. Las poblaciones de tortugas marinas que desovan en un país, en la mayoría de los casos se alimentan en las aguas territoriales de otro. Por esto no es suficiente que un país proteja las tortugas marinas mientras están en sus aguas territoriales si otro no lo hace cuando estas mismas tortugas están en las suyas. Esto es lo que ha ocurrido repetidamente en el pasado. Es evidente la necesidad de una cooperación entre los diversos países, si se pretende que las poblaciones de tortugas marinas se restablezcan.
Las tortugas marinas son realmente hermosas! aqui en carmen tenemos el privilegio de recibir anualmente a la tortuga carey y blanca! Deberiamos cuidarlas! son nuestra riqueza natural!
ResponderEliminarLas tortugas son uno de los grupos más primitivos de vertebrados en existencia.
ResponderEliminarEl fósil de tortuga de mayor antigüedad data del Triásico, cerca de 230 millones de
años atrás. Se estima que en la actualidad existen 245 especies de tortugas,
distribuidas en 87 géneros y 12 familias. Viven en ambientes de agua dulce (habitan
lagos, ríos y pantanos); así como en ambientes terrestres y marinos. Se encuentran en
todos los continentes con la excepción de Antártica y tienen características muy
particulares según el hábitat donde viven.
Una publicacion muy importante por que da a conocer los riegos que sufren las tortugas durante su reproducion,ojala y con esto la gente intente hacer conciencia e impida la extincion de este animal.
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